Hola, mundo
Pues ya iba siendo hora de empezar a escribir en castellano, ¿no?
... pues sí, ya iba siendo hora...
de escribir algo en español. Desde que empecé a escribir blogs en blogs.sun.com, por allá por junio de 2004, siempre había usado el inglés.
Porque me venía bien practicar a escribir inglés (que me viene bien para no olvidarlo).
Y acordándome del inglés me olvidaba del castellano (o español, al español en España a veces le llamamos "castellano").
Y no puede ser. El otro día observé en los logs de mi servidor (que examino de vez en cuando, por curiosidad) que un hispanohablante de La Paz, Bolivia, usaba el traductor de Google para leer una de mis páginas.
Y eso no puede ser. No puede ser que haya dado la espalda a la comunidad hispanohablante durante tanto tiempo.
Mil perdones, amigos, por haber escrito en inglés durante tanto tiempo, y de no haberme acordado de vosotros.
... y bienvenidos...
Y bienvenidos, desde luego, a mis páginas web. Que versan sobre mil cosas, pero principalmente sobre mi aficción favorita: el software. Principalmente Java, pero con escarceos a algún lenguaje de programación funcional, como Scheme, pasando por SOA, AJAX y otras mil maravillas que conforman la revolución silenciosa del Siglo XXI.
He traducido algunas de las páginas que conforman la casa de Antonio, tu casa: un conjunto de habitaciones (con un desván un tanto grande) amuebladas con software, con ideas raras y experimentos peculiares.
Sírvete comentarme lo que quieras, sobre el tema (Java/Scheme) que te interese. Intentaré contestar cuando pueda (que suele ser casi nunca) y mantener la versión en español (en castellano) lo más actualizada posible.
He empezado a traducir las notas que estoy tomando sobre NetBeans por si te interesan.
Paciencia, por favor, con las actualizaciones. Ahora mismo estoy muy liado con una auditoría que estoy haciendo, y el poco tiempo libre que tengo lo empleo principalmente en perseguir juguetes raros, que me encomiendan diferentes partes de la familia, para cumplir en las Navidades con los más pequeños de la casa.
Y, obviamente, ¡Feliz Navidad!
Un abrazo, Antonio
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